Mitos sobre las rozaduras: lo que crees saber y no es verdad

Las rozaduras son mucho más comunes de lo que parece.
Pueden aparecer al caminar, al usar zapatos nuevos, con ropa ajustada o simplemente por la forma natural de tu cuerpo.

Pero hay tantos mitos alrededor, que muchas veces no entendemos por qué ocurren realmente.
Hoy desmontamos los más habituales para que puedas prevenirlas de verdad.


1. “Las rozaduras salen por el sudor” ❌

El sudor no es el causante principal, aunque puede influir si no se evapora correctamente.
La rozadura aparece cuando hay fricción continuada sobre una piel seca o poco flexible.

Es cierto que en algunas personas —especialmente en quienes tienen zonas de roce piel con piel (muslos, pliegues, axilas…)— el sudor puede aumentar la fricción debido a la sal, la humedad o la irritación acumulada…
pero el sudor no crea la rozadura por sí mismo.

👉 Realidad: fricción + piel poco hidratada = inicio del daño.


2. “Las rozaduras solo salen en verano” ☀️❌

El calor hace que sudemos más, sí, pero el invierno también es un problema:
la piel está más seca, rígida y frágil por el frío.

👉 Realidad: el clima solo modifica el contexto;
la causa sigue siendo la fricción sobre una piel debilitada.


3. “El talco evita el roce” 🍼❌

Durante años se usó como remedio rápido, pero el talco reseca en exceso.

Una piel seca:

  • se agrieta,

  • se endurece,

  • pierde elasticidad

  • y se rompe antes.

👉 Realidad: lejos de ayudar, aumenta el riesgo.


4. “Las rozaduras solo le pasan a personas con sobrepeso” ⚖️❌

Falso.

Cualquier persona puede sufrir rozaduras.
Ahora bien, es cierto —y hay que decirlo sin tabúes— que ciertos tipos de cuerpos, con zonas donde la piel toca piel (muslos, pliegues, brazos, pecho…), tienen más probabilidades, simplemente porque hay más puntos de contacto naturales.

No es una cuestión de peso.
Es cuestión de formas reales, zonas de fricción y patrones de movimiento.

👉 Realidad: el roce piel con piel es frecuente, pero no es el único origen.


5. “Si ya tienes una rozadura, lo mejor es dejarla al aire” 💨❌

No.
El aire seca la piel de más y hace que la herida tarde más en regenerarse.

Lo adecuado es mantener la zona:

  • limpia,

  • hidratada,

  • protegida,

  • sin roce directo.

👉 Realidad: la piel se cura mejor en un entorno equilibrado, no expuesta y reseca.


Conclusión

Las rozaduras no son un signo de descuido ni algo que afecte solo a determinados cuerpos.
Pueden aparecer en cualquiera, pero lo que marca la diferencia es el estado de la piel:

  • hidratada → flexible, resistente, preparada.

  • seca → frágil, rígida, propensa a romperse.

Conocer la verdad detrás de estos mitos es el primer paso para cuidar tu piel antes de que duela.

Un abrazo,
Raúl, de Lady Marso


La información ofrecida en este artículo tiene fines divulgativos y se basa en conocimientos generales sobre el cuidado de la piel. No sustituye el diagnóstico ni las recomendaciones de un profesional sanitario. Si tienes dudas, síntomas persistentes, dolor, infección o una lesión que no mejora, consulta siempre con un médico o dermatólogo. Cada piel es distinta y requiere una valoración individual.