Introducción
¿Te ha pasado que al caminar, entrenar o incluso al moverte en el día a día notas una zona de la piel que «roza», se calienta o escuece? Eso es una rozadura. Y aunque parece algo menor, la sensación puede llegar a ser como una quemadura.
En Lady Marso entendemos que muchas mujeres —con distintos tipos de cuerpo y piel— sufren este problema más de lo que se habla. Vamos a ver por qué ocurre, qué tipos hay, cómo prevenirlas y cómo tratarlas correctamente.
1. ¿Qué es una rozadura?
Una rozadura (o “chafing”) es la irritación de la piel provocada por la fricción repetida, ya sea piel con piel o piel con la ropa o el calzado, combinada con calor, humedad o sudor.
En realidad, es una quemadura por fricción: la piel se recalienta por el roce y pierde su barrera protectora. Cuando el daño es más profundo, pueden aparecer ampollas con líquido en su interior, exactamente igual que en una quemadura por fuego.
El resultado suele ser dolor, enrojecimiento, ardor y sensación de calor local. A veces también aparecen granitos o pequeñas lesiones, sobre todo en zonas donde la piel roza contra piel, que al estar en áreas húmedas pueden infectarse fácilmente. Si la infección progresa, se forman forúnculos (bultos inflamados y muy dolorosos) que en algunos casos requieren atención médica o incluso una pequeña intervención para drenar la zona.

2. Tipos de rozaduras más comunes
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Muslos (zona interna): aparece al caminar o al llevar faldas o vestidos sin protección.
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Axilas: por el movimiento constante y el sudor.
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Bajo el pecho o en los laterales: donde la piel y la ropa interior se rozan con frecuencia.
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Ingles y pliegues de la piel: zonas con más contacto y humedad, especialmente en cuerpos con curvas o piel más próxima entre sí.
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Pies: muy comunes al correr, estrenar zapatos nuevos, caminar muchas horas o usar tacones.
En este caso, el roce se produce entre la piel y el calzado, lo que genera ampollas por fricción y calor, que pueden ser muy dolorosas y, si se rompen, dejar la piel expuesta e irritada.
👉 En resumen:
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Cuando roza piel con piel, suelen aparecer granitos o irritaciones que pueden infectarse y transformarse en forúnculos.
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Cuando roza piel con un elemento externo (zapatos, prendas, costuras, mochilas, etc.), lo habitual son las ampollas por fricción, comparables a una quemadura térmica.
3. ¿Por qué aparecen las rozaduras?
Las causas principales son:
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Fricción constante: al moverse, la piel roza una y otra vez hasta irritarse.
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Calor acumulado: la fricción genera calor interno, y ese exceso de temperatura quema la piel.
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Humedad y sudor: reblandecen la superficie cutánea, haciéndola más vulnerable.
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Ropa o calzado inadecuado: tejidos o materiales que no transpiran, costuras gruesas o prendas demasiado ajustadas.
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Curvas naturales y pliegues de la piel: el contacto piel-piel aumenta el roce y la temperatura local.
4. Cómo prevenirlas
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Usa ropa y calzado transpirables, sin costuras gruesas ni materiales duros.
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Mantén la piel seca y limpia, especialmente después de sudar.
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Aplica una crema protectora antes de la fricción para reducir el calor y el roce.
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Hidrata la piel con productos ligeros y sin alcohol.
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Si sueles tener rozaduras en zonas concretas, protégelas siempre antes de caminar, entrenar o usar calzado nuevo.
Una piel sana e hidratada es también una piel más elástica y flexible, lo que le permite resistir mejor la fricción tanto en el día a día como durante el deporte. En cambio, una piel reseca se rompe antes, provocando grietas, rozaduras e incluso ampollas.
Por eso, la hidratación diaria no es solo cuestión estética: es una parte esencial de la prevención.
5. Qué hacer cuando ya tienes una rozadura
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Limpia la zona con suavidad y sécala bien.
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Evita seguir rozando la zona hasta que sane.
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Usa una crema calmante o antifricción para bajar el calor local y regenerar la piel.
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Si aparecen ampollas o heridas abiertas, no las revientes: mantenlas limpias, secas y protegidas.
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Si la zona se inflama, duele más de lo normal o notas bultos dolorosos (forúnculos), acude al médico para evitar que la infección avance.
6. Solución actual recomendada
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Está diseñada para:
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Crear una barrera protectora entre la piel y la ropa o el calzado.
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Disipar el calor por fricción, evitando la sensación de ardor.
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Calmar y cuidar la piel ya irritada, ayudando a su recuperación.
Una solución práctica y eficaz mientras Lady Marso llega con su línea específica de cuidado femenino.
7. Cierre
Las rozaduras no deberían limitar tus movimientos ni tu comodidad. En Lady Marso creemos que todas merecemos sentirnos cómodas en nuestra piel, sin dolor ni irritación. Por eso trabajamos para ofrecer soluciones reales, pensadas desde la experiencia de quienes lo viven cada día.
Un abrazo,
Raúl, de Lady Marso