Introducción
Zapatos nuevos, una mochila al hombro o un sujetador con aros.
A veces, basta un día de movimiento para que aparezca una rozadura que tarda varios días en desaparecer.
Aunque solemos asociarlas al calor o al sudor, el verdadero origen suele estar en una piel seca y poco flexible.
Una piel deshidratada se rompe con facilidad.
Una piel bien hidratada, en cambio, es elástica, resistente y capaz de soportar la fricción sin lesionarse.

Por qué aparecen las rozaduras
Las rozaduras se producen por fricción repetida con un elemento externo —un zapato, una costura, una tira— que genera calor localizado.
Si la piel está seca y tensa, esa fricción acaba rompiendo su capa más superficial.
El resultado: enrojecimiento, ardor y ampollas, similares a una quemadura por fricción.
👉 En resumen:
-
La fricción es lo que inicia la lesión.
-
La sequedad es lo que la vuelve inevitable.
-
La hidratación es lo que la previene.
Zonas más afectadas
-
Pies y talones: por el roce del calzado o los calcetines.
-
Tobillos y empeines: por costuras, lengüetas o cordones.
-
Hombros y espalda: por correas o mochilas.
-
Costados y pecho: por aros o bandas de sujección.
-
Cintura y axilas: por tejidos rígidos o cinturones.
La hidratación: la verdadera prevención
La piel funciona como una barrera flexible que se adapta al movimiento.
Para hacerlo, necesita mantener un equilibrio entre agua y lípidos.
Cuando está hidratada:
-
se mueve con el cuerpo sin romperse,
-
disipa mejor el calor del roce,
-
se regenera antes ante pequeñas agresiones.
Cuando está seca:
-
se vuelve rígida, frágil y quebradiza,
-
cualquier roce, incluso leve, puede causar una lesión.
Por eso, la primera medida contra las rozaduras no es lo que aplicas después, sino cómo preparas tu piel cada día.
Cómo prevenirlas
✅ Hidrata tu piel a diario.
Después de la ducha, usa una crema o loción nutritiva para mantener su elasticidad.
✅ Evita la fricción innecesaria.
Usa ropa y calzado bien ajustados, sin costuras duras ni materiales que irriten.
✅ No dejes que la piel se reseque.
El aire, el sudor o el roce constante eliminan humedad; recuperarla es esencial.
✅ Refuerza las zonas más expuestas.
Antes de usar calzado nuevo o mochilas, revisa y protege los puntos de presión o contacto.
A tener en cuenta
La piel tiene memoria: cuanto mejor la cuidas, mejor te protege.
La hidratación no es un gesto estético, es una forma de fortalecer su resistencia natural.
Prevenir una rozadura no empieza cuando ya duele, sino mucho antes, cada vez que nutres y cuidas tu piel.
Un abrazo,
Raúl, de Lady Marso